Fuiste mi pasaje favorito,
mi personaje preferido
Encajabas en mi tiempo,
en mi espacio
No era el sonido de tus cuerdas vocales,
eran tus miradas
fijas o perdidas
las que decían más
que el movimiento de tus labios
Eras capaz de calmar mis tempestades
y la verdad, es que no sé
cómo aguantabas todas y
cada una de mis imperfecciones
Pensaba que eras el paraíso,
el cielo estrellado que las farolas esconden
que eras para siempre,
como un poema de Bécquer
Todavía hoy me pregunto
por qué llegué a leer la última página
de la novela en la que eras protagonista...
Y aunque he intentado evitarlo,
ocupas un preciado lugar
en esta estantería que llamo
vida.
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