¿Has visto lo feroces que parecen
las olas cuando cogen altura
y lo indefensas que quedan
al estrellarse contra la orilla?
¿Has visto cómo se llevan consigo
a todo valiente
y aventurero
que decide enfrentarse a ellas
y cómo mojan sutilmente
los pies del niño
que ve por primera vez
esa inmensidad infinita?
¿Has visto cómo se llevan
esos castillos de arena
y borran las huellas
de quienes un día
decidieron pisarla?
¿Has visto, cariño,
que soy
como las olas del mar?
Dispuesta a luchar
contra quien cree
que puede atacar
En calma para bañar
la inocencia
de unas manos inexpertas
o las enseñanzas
de unas curtidas
Preparada para allanar
el camino
eliminando los recuerdos
de aquel que construyendo
y dejando huella
decidió huir
cuando sobrevino
la tormenta
¿Has visto, amor,
que a pesar
de las subidas y bajadas
de la marea
tu castillo no se ha convertido
en simples granos de arena?
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