domingo, 24 de julio de 2016

Desesperanza

Desesperanza porque cada encuesta sociocultural del CIS nos posiciona en índices bochornosos; desesperanza porque la población no lee, no visita museos ni acude a salas de cine; desesperanza porque los programas más vistos día tras día, semana tras semana, mes tras mes y año tras año basan su contenido en la difamación, el insulto, la falta de respeto, la apariencia y la incultura: desesperanza porque el periodismo que debería informar de la forma más imparcial posible, ofrece una información completamente sesgada; desesperanza porque la crítica ha dejado de ser constructiva para ser cruel y destructiva; desesperanza porque los debates han dejado de ser debates para convertirse en batallas campales en las que la defensa de ideales, tan sólo, se lleva a cabo mediante el desprecio de la opinión del contrario, obviando esa palabra que parece estar desapareciendo del diccionario: argumentación. 

Desesperanza porque las redes sociales están devorando lo maravilloso de las relaciones en persona, convirtiendo nuestros sentimientos en emoticonos; desesperanza porque el motivo que mueve el consumo, mayoritariamente juvenil, reside en formar parte de un saco carente de personalidad, conocimientos y principios que lleva bordado en mayúsculas el término "apariencia"; desesperanza porque la felicidad y el ego de una persona se consiguen mostrando cada una de esas compras que le incluyen en ese saco para conseguir un mísero "me gusta"; desesperanza porque los referentes personales de jóvenes, y no tan jóvenes,  forman (habitualmente) parte de ese porcentaje que no ha leído un libro en el último año y trabajan en uno de esos programas de grandes audiencias; desesperanza porque el físico tiene toda la importancia y el intelecto queda en un segundo plano (porque claro, los abdominales son capaces de mantener interesantes conversaciones). 

Desesperanza porque han conseguido quitar la filosofía de bachillerato para dar prioridad a la religión; desesperanza porque esa asignatura que significa amor por la sabiduría nos hace conocer lo que hoy somos, lo que hoy tenemos y hacia donde nos dirigimos, convirtiéndonos en personas críticas capaces de tomar decisiones y obtener conclusiones propias, pero ahora han hecho que desaparezca; desesperanza porque lo están consiguiendo, quieren convertirnos en borregos cuya mayor preocupación sea la de ir al gimnasio, dejando los libros de lado y sí, lo están consiguiendo.

Desesperanza por las matanzas sin sentido; desesperanza por el ansia de poder mientras se olvida que a muchos les falta un alimento que llevarse a la boca cada día; desesperanza por cada asesinato de una mujer a manos de un varón; desesperanza por cada ITV con la mirada de un hombre por la calle; desesperanza por cada, lo que ellos consideran, piropo; desesperanza, en definitiva, por cada acto o palabra machista; desesperanza por cada animal maltratado, asesinado, abandonado; desesperanza por cada acto de violencia que podría haberse solucionado con la palabra; desesperanza por el odio en todas sus facetas, desde la xenofobia hasta la homofobia pasando por cada una de sus variantes...

Desesperanza... Desesperanza por el mundo en el que vivo.