domingo, 31 de enero de 2016

¿Un camino o un sueño?

He soñado que la vida 
era un cuento
que terminaba convirtiéndose 
en el peor de los tormentos

Me he despertado asustada 
aturdida
sin ver la salida

He caminado con desconcierto
sin fuerzas
faltándome el aliento

Me he caído por no ver, 
por no saltar a tiempo
y creer que esa piedra
era sólo parte
del sueño del comienzo 

Pero me he levantado 
y he gritado a los 
cuatro vientos 
que nada
 va a impedir
que cumpla mis sueños

viernes, 29 de enero de 2016

Olvidar

He observado en el cercanías como una pequeña gota recorría todo el cristal, para terminar desapareciendo entre tantas otras de su misma condición y entonces, he pensado que todo es efímero... Nada perdura para siempre, porque ni siquiera nuestra vida lo hace...

Invertimos demasiado tiempo en eso que Carlos Ruíz Zafón denomina "lo que nunca sucedió", nos preocupamos más por el "qué habría pasado" de haber escogido el otro camino que por disfrutar y aprender del elegido.

Somos inconformistas y muchas veces, sin quererlo, agonías, pesimistas... Y, sin embargo, olvidamos que no podemos repetir días, que los trenes no pasan dos veces, que ni los abrazos, ni las sonrisas, ni las miradas, que nada, joder, nada puede revivirse... Olvidamos precisamente eso, que todo, es efímero. 

Que todos querríamos ponernos de nuevo en nuestro propio pellejo para volver a vivir aquel momento, pero lo olvidamos y dejamos paso a todo aquello que no hicimos, a nuestras malas decisiones, a que todo lo malo sea lo único latente. 

Pensamos en aquellos que un día nos dieron la patada, preguntándonos qué hicimos mal para recibir aquel puntapié y mientras, obviamos que alguien sonríe porque estamos en su vida. Nos regocijamos en los errores, desmereciendo todas aquellas veces que logramos e incluso aquellas en las que nos levantamos. Nos creemos muchas veces inútiles, innecesarios; eludiendo que formamos parte de la felicidad de más de una y de dos personas. Llegamos a creer que nadie nos quiere y que estamos solos, mientras sorteamos cada gesto de aprecio... 

Olvidamos, olvidamos y volvemos a olvidar y que pena que sean las sonrisas, las risas, las miradas, los abrazos o los empujones para sacarnos del abismo lo que muchas veces olvidamos...

miércoles, 27 de enero de 2016

Inevitable

Pretendí esconderme del destino
cerré la puerta
evité tirar del hilo
que me conducía hasta ti 
a lo más profundo
a lo nunca visto 
a lo jamás sentido...

Quise hacerme la dura 
evitarte
ocultar mis sentimientos...

Pretendí callar el silencio,
tu sonrisa,
el eco de tu risa,
tu mirada,
tu cuerpo acercándose al mío...

Pero no pude, 
no pude evitar pensar en el
roce de nuestros labios.

No pude resistir y 
dejar de imaginar que
tus dedos y los míos 
estaban entrelazados. 

lunes, 25 de enero de 2016

¿Siglo XXI?

Hace unos días iba en el coche escuchando uno de estos típicos programas matutinos, cuya finalidad es la de entretener a la gente en el camino hacia sus quehaceres diarios y, en esta ocasión, buscaban entre los oyentes un ranking de cosas que sólo permites a tus mejores amigos... Mi no grata sorpresa llegó con dos comentarios que decían: (desde una voz masculina) "sólo permito a mi mejor amigo que toque las tetas a mi novia" y el siguiente, no menos agraciado, "sólo permito a mi mejor amigo que hable con mi novia". Ambos comentarios fueron recibidos entre risas por ambos locutores, mientras en mi cara se dibujaba una mueca de desagrado, perplejidad y por qué no, de repugnancia hacia lo que acababa de escuchar. 

En primer lugar, ni el novio ni ningún chico decide quién debe "tocarle las tetas" a una mujer, porque la que lo decide es ella y nadie más, que para algo es su cuerpo. 

En segundo lugar, ¿quién se ha creído el segundo chico que es para decidir quién debe o no debe hablar con su novia? ¿No es ella lo suficientemente madura y responsable de sus actos como para que él tenga que decir a su pareja con quién puede y con quién no puede mantener una conversación? Porque me parece que es un derecho llamado libertad y, hasta el momento, no era consciente de que cuando se establece una relación afectiva-amorosa se firma un contrato de exclusividad total y absoluta para esa persona, las 24 horas del día los 365 días del año, con la consiguiente prohibición del contacto con el mundo. 

Sinceramente,  me preocupa, como mujer feminista y como ciudadana,  que siga habiendo hombres con una mentalidad retrógrada y machista, que crean que las mujeres somos un objeto de su propiedad a las que manejar a su antojo y que, además, un programa de radio que escucha un amplio abanico social, entre los que posiblemente se encuentren niños, dé cabida a dichos comentarios y, no sólo eso, si no que sean recibidos con una actitud jocosa por parte de los locutores.

Y es que, probablemente, muchos de los que se ríen ante este tipo de actitudes y no les dan importancia, ignoran que cada año mueren miles de mujeres en el mundo por el simple hecho de ser mujeres, ignoran que la violencia de género comienza, en un altísimo porcentaje, en la minoría de edad con "tonterías" como el control del teléfono, ignoran que todavía en muchos países se mutila sexualmente a las mujeres porque no son dignas de obtener placer, ignoran que carecemos de igualdad... Pero, sobre todo, ignoran que somos personas. 

Hemos y estamos luchando demasiado como para que nadie venga a rompernos los esquemas, creyéndose superior. 

sábado, 23 de enero de 2016

Eres fuerte, aunque no lo creas

Ese preciso instante en el que crees que todo va mal y que no hay salida... El cielo no puede estar más oscuro y las ideas más nubladas y entras en un conflicto contigo misma creyendo que has llegado al límite y el vaso, no sólo ha rebosado, es que se ha roto. 

Sólo tienes que sentarte, coger aire y que tu canción talismán sea la única que calle al silencio, entonces piensa en todo lo que has logrado y no olvides todos esos errores que cometiste, porque si eres alguien es, en parte,  gracias a ellos; no tomes las caídas como un fracaso, tómalas como el empujón que te hacía falta para seguir creciendo, acuérdate de que no podemos pretender vivir  en una utopía idílica de felicidad absoluta, que todos tenemos altos y, también, bajos, pero sobre todo no olvides los pequeños detalles... No olvides esa conversación que te hizo reír, esas palabras de aliento cuando más te hacían falta, aquella tarde en la que todo fueron sonrisas, aquel abrazo... No lo olvides.

Eres más fuerte de lo que crees, vales más de lo que piensas y te quieren más de lo que ves. Aunque parece complicado, es simple, todo radica en:  quiérete, apréciate y valórate, porque si no lo haces tú, no sirve de nada que lo hagan otros por ti. 

miércoles, 20 de enero de 2016

SENTIR

Las manos en los bolsillos, las gafas de sol como arma para evitar el contacto visual y los cascos con esas canciones que sólo escuchas en determinados momentos de tu vida… Paseo por la calle sin prestar atención a nada, necesito evadirme un rato, tomar aire y reflexionar después de todo lo acontecido estos días… Me siento en un banco y fijo la mirada en un pequeño árbol que han plantado hace unos días, siempre me había preguntado cómo algo tan grande podía ser sujetado por tierra y aunque cualquier biólogo podría darme una explicación de lo más razonable, me gusta pensar que la tierra es como una madre… Protege, alimenta, defiende... Pero, ¿qué pasa cuando no está? Pues que hay que aprender a vivir sin ella, que hay que adaptarse a las nuevas circunstancias, porque uno nace, crece, se reproduce y muere. La verdad es que me encanta como las ciencias simplifican todo tanto… Somos eso, algo finito que tiende a reproducirse para que el proceso vuelva a repetirse y, sin embargo, en medio de todo eso ¿qué queda? Si nuestra única misión en la Tierra es la de reproducirnos,  ¿por qué dedicamos nuestra vida a sentir?, ¿por qué condicionamos nuestra existencia a buscar esa media naranja o a probar mandarinas hasta encontrarla?, ¿por qué la condicionamos al qué dirán o a competir con el de al lado por ser mejor?... ¿Por qué?... 

Un balón acercándose a mis pies me hace salir de esa evasión repentinamente, lo paro con el pie y pocos segundos después aparece un niño de unos dos años luchando por correr sin caerse en busca de su preciado juguete, se lo doy y se marcha con una sonrisa de oreja a oreja de esas que hace mucho que no aparecen en mi rostro… -“¡Muchas gracias!”- me giro al oír la voz y veo a la madre de la criatura que parece estar muy agradecida ante mi gran proeza- “¡De nada!- le contesto.

Me tumbo en el banco sin importarme las miradas de los allí presentes, esta postura me permite observar el cielo y hacer de “nubeóloga”, sí, así creía que se llamaban los que analizaban las formas de las nubes cuando era pequeña… A eso me dedico sin mirar el reloj, por una vez quiero dejar que el tiempo vuele como ese pájaro que planea sobre los árboles esquivando las ramas… ¿Qué habrá más allá?, ¿será cierto que hay otros sitios ahí arriba como la Tierra?, ¿se apagará el Sol algún día? ¿y eso de los agujeros negros?...  Siempre he pensado que si todo el dinero destinado a la NASA se dedicara a estudiar la Tierra y paliar, por ejemplo, el hambre quizá nos iría mejor. Un astrónomo, o un físico o cualquier persona especializada en este ámbito me diría que la vida de la Tierra terminará en algún momento y que terraformar  otros planetas posibilitando la vida humana en ellos es una forma de prolongar nuestra existencia… Aunque sería una explicación lógica, vuelvo a eso de “nacer, crecer, reproducirse y morir” si ese es nuestro ciclo vital ¿por qué nos interesa tanto invadir otros sitios y modificarlos para poder vivir en ellos?, ¿y si nos preocupamos por mejorar nuestro hogar?...

Llego a la conclusión de que a menudo los humanos nos alejamos de lo simple, que no nos conformamos con vivir para procrear, que queremos dominar la Tierra pero ella nos demuestra día a día que puede con nosotros, que por mucho que los mejores científicos diseñen edificios magníficos, el día menos pensado llega un tsunami o un terremoto, que de nada sirve dar datos de cuando se van a descongelar los Polos si no se hace nada por evitarlo; que no somos capaces de tirar una botella al contenedor verde porque la excusa perfecta es “como a mí no me va a tocar” y sin embargo aceptamos que se manden cohetes al espacio que tienen como finalidad un futuro lejos de la Tierra…

Mientras paso las horas muertas tirada en el banco viendo el atardecer, en la otra parte del mundo hay gente que, por desgracia, no tiene la oportunidad de pasar las horas porque un terremoto ha acabado con su vida, que en otra  una bomba ha arrasado todo lo que hay a su alrededor, que otros están pasando hambre y no tienen ni para beber…  Yo, a pesar de todo, vivo en un lugar, podríamos decir que, tranquilo, las tripas no me suenan, no corro el riesgo de que un tsunami se lleve mi casa y tengo más cosas de las que necesitaría para sobrevivir, sin embargo ¿por qué no convivo con una sociedad feliz?, ¿por qué veo que cada vez la gente quiere más?...

El cielo está demasiado oscuro, me incorporo, creo que es hora de irse…

La vida es como ese balón que ha pasado por mi lado hace unas horas, siempre hay alguien que te frena; es como ese árbol que necesita de la tierra para vivir, necesitamos un apoyo que nos dé fuerza cuando no la encontramos; es como ese pájaro que sortea las ramas, siempre hay obstáculos que superar; la vida es como la Tierra, damos vueltas buscando el Sol que más calienta, ese que mejores cosas nos trae, ese que más luz aporta… Tenemos altibajos y necesitamos un hombro en el que llorar como la Tierra terremotos tiene que soportar; ésta alberga millones de personas, unas intentan ayudarla y otras todo lo contrario, nosotros nos rodeamos de gente que nos hace crecer y otra que intenta hundirnos…


Nacer, sentir, crecer, sentir, quizá reproducirse, sentir, morirse y que otros sientan por ti, eso es vivir… 

domingo, 17 de enero de 2016

¿Tan sólo un libro?


Tarde de mayo y sus ojos observando como resbalan las gotas de agua en los cristales de la biblioteca donde prepara los exámenes más importantes de su vida, sabe que dentro de muy poco empezará uno de los veranos más esperados, pero no puede permitirse el lujo de pensar en ningún viaje programado, ni siquiera en si esa tarde al llegar a casa, su familia le habrá preparado una sorpresa porque hoy cumple dieciocho años. Apoyado sobre su entumecida mano está dejando pasar las horas, los días, los meses y a aquella chica que le mira como no ha mirado nunca. Nadie sabe que tiene una mente prodigiosa y que todos los días viaja a lugares inhóspitos. Todas las tardes antes de irse de aquella biblioteca con enormes cristaleras pasea entre los ejemplares llenándose de ese aroma a libro usado que tanto le gusta. Al llegar a casa entra en su pequeño cuarto, cierra una puerta y abre otra que le transporta a un mundo nuevo que le hace vivir experiencias jamás exploradas, no le hace falta más, es su peculiar forma de evadirse y conocer mundo... En cada hoja la esencia del protagonista le atrapa y es entonces cuando encuentra la respuesta a muchos de sus problemas, a sus inquietudes...A pesar de tener una vida completamente monótona su mente es nómada e inconformista, dicen que nunca ha salido de su ciudad, pero lo que no saben es que nunca ha entrado en ella porque siempre está visitando otros lugares. Aquellos que no le conocen dicen que sólo sabe leer y que no hace otra cosa,  le gustaría decirles que él no lee, él viaja y vive miles de experiencias que enriquecen su vida página a página...

jueves, 14 de enero de 2016

Querida soledad

Llegó un día en el que me di cuenta, se me cayó la venda y comencé desde cero y dependiendo del filtro con el que lo mire, empecé con más experiencia o con más de uno o de dos cuchillos clavados en la espalda... Cuando era pequeña pensaba que la soledad era lo peor y que aunque me menospreciasen o me mirasen por encima del hombro, eso era mucho mejor que estar sola... Qué ingenua era hasta que descubrí que aquello de "mejor sola que mal acompañada" daba sentido a mi vida. No necesito a nadie que no me quiera y me haga daño a mi lado, todo cae por su propio peso y aquellos que me valoran y aprecian, se quedan e incluso me encuentran cuando ni yo quiero buscarme. Aquellos que me ofrecían y ofrecen su mano para luego empujarme más fuerte por el barranco se alejaron y alejarán cuando vean que el banco dejó y deja de dar préstamos, para empezar a reclamar el dinero de los ya concedidos... No importa quedarse sola, porque todos necesitamos algún momento en el que sentarnos a reflexionar con nuestro yo y aprender de nuestros errores, suavizar nuestros defectos y mejorar nuestras virtudes. Porque la única forma de estar para los demás; es, primero, estar con uno mismo. 

martes, 12 de enero de 2016

Creí...

 Creí que la vida eran más sonrisas que lágrimas. Creía que la venganza y el odio no formaban parte de la rutina. Creí que la solidaridad estaba de moda y la empatía acompañaba. Creí en la amistad e incluso llegué a creer en el amor. Creí que las palabras eran ciertas y las manos tendidas una oportunidad. Por creer, hasta creí en los "siempre", pero por creer y no ver, dejé de creer... 

Porque ahora veo que entre las lágrimas se escapa alguna sonrisa, veo que la venganza y el odio no forman parte de la ficción, veo que esporádicamente la solidaridad se viste de gala (claro, llevar un traje de marca cuesta dinero), veo que la amistad se menosprecia y se llama amigo hasta al vecino; veo que pocas manos se ofrecen a agarrar al borde del acantilado y es que veo que los "ahora" son lo único cierto... Porque basta una mirada, ya, no necesito palabras.