jueves, 14 de enero de 2016

Querida soledad

Llegó un día en el que me di cuenta, se me cayó la venda y comencé desde cero y dependiendo del filtro con el que lo mire, empecé con más experiencia o con más de uno o de dos cuchillos clavados en la espalda... Cuando era pequeña pensaba que la soledad era lo peor y que aunque me menospreciasen o me mirasen por encima del hombro, eso era mucho mejor que estar sola... Qué ingenua era hasta que descubrí que aquello de "mejor sola que mal acompañada" daba sentido a mi vida. No necesito a nadie que no me quiera y me haga daño a mi lado, todo cae por su propio peso y aquellos que me valoran y aprecian, se quedan e incluso me encuentran cuando ni yo quiero buscarme. Aquellos que me ofrecían y ofrecen su mano para luego empujarme más fuerte por el barranco se alejaron y alejarán cuando vean que el banco dejó y deja de dar préstamos, para empezar a reclamar el dinero de los ya concedidos... No importa quedarse sola, porque todos necesitamos algún momento en el que sentarnos a reflexionar con nuestro yo y aprender de nuestros errores, suavizar nuestros defectos y mejorar nuestras virtudes. Porque la única forma de estar para los demás; es, primero, estar con uno mismo. 

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