sábado, 31 de diciembre de 2016

Hasta siempre

Querido por muchos y odiado por otros tantos... 

Ahora que tengo un minuto para pensarte, ahora que te marchas, quiero decirte que me quedo con esos pequeños detalles que te han hecho irrepetible, inigualable; y que, sin ninguna duda, recordaré cada momento bueno que me hizo sonreír y aquello que aprendí de los no tan buenos. 

Gracias por todo y a pesar de todo, 2016. 


viernes, 16 de diciembre de 2016

Vértigo

Duele, 
el saber que pudimos haber sido tanto
si la distancia no se hubiese puesto en medio 

Duele, 
el saber que siempre serás con quien aprendí a querer
y a quien no pude demostrárselo 

Duele, 
el saber que nuestros dedos nunca estarán entrelazados, 
que nuestros ojos nunca se cruzarán antes de un beso
y que tampoco sonreiremos en medio de uno 

Duele, 
que estando dispuesta a hacer paracaidismo  
me confieses
que tienes vértigo.  

domingo, 27 de noviembre de 2016

Disculpen las molestias, pero nos están asesinando

El amor... Cuántos corazones ha roto, cuántas películas ha protagonizado, cuántas heridas ha dejado, cuántas cicatrices no ha cerrado, cuántas úlceras aún siguen sangrando, cuántas lágrimas ha causado, cuántas vidas se ha llevado... 

¿Estamos segur@s de que eso es amor? ¿Son entonces Romeo y Julieta un referente?

Con cada muerte de una mujer a manos de su pareja me pregunto qué estamos haciendo mal y sinceramente cada vez tengo más clara la respuesta, el problema es educacional. 

Afirmo que siguen vendiéndonos una igualdad que no se enseña que no se inculca y que, desde luego, es ficticia. Se sigue poniendo a los niños frente a un televisor en el que la publicidad ocupa gran parte de las emisiones y en ella la mujer sigue siendo un mero objeto sexual: cómprate esta crema, utiliza este perfume para tenerle detrás, con ese sujetador seguro que le seduces, con esta joya estarás increíble para la cita... Y no sólo eso, es que además de ser y estar para un hombre también tenemos que ser un robot multifunción que se encarga de cocinar, de limpiar, de cuidar a los niños y, en definitiva, un robot que debe encargarse de todas las vidas menos de la suya...

Se ha parado alguien a pensar que quizá nos ponemos la ropa que nos ponemos para nosotras, que nos echamos la colonia que queremos porque nos gusta cómo huele, que nos compramos un sujetador bonito porque nos sentimos cómodas. ¿SE HA PARADO ALGUIEN A PENSAR QUE NO DEPENDEMOS DE UN MIEMBRO VIRIL?

Cómo vamos a acabar con la violencia de género si el reggaeton es uno de los géneros de música más escuchados, si se publican sagas como After que apoyan un amor tóxico, si seguimos creyendo que querer y amar es rendirse a los pies de la otra persona y morir por ella si hace falta... 

Quizá soy yo la rara y la que no entiende de qué va esto pero para mí querer y amar son sinónimos de crecer, de descubrirse y de seguir aprendiendo, y nunca de morir. 

Disculpen las molestias, pero creo que algo sigue sin funcionar. 
Disculpen las molestias, pero nos están asesinando. 

N ES  N



miércoles, 9 de noviembre de 2016

Remember, remember the 9th of November

Vi llegar a Obama a la presidencia cuando tenía 10 años, por aquel entonces aún careciendo de un pensamiento crítico y unos ideales supe que había sido un paso importante que el Presidente de los EEUU fuese de color. En estos ocho años he creído viable la llegada de una mujer a la Casa Blanca e ilusa de mí soñaba con celebrar, hoy, que una de nosotras se alzaba con la Presidencia de los EEUU... 

No doy crédito, no puedo hacerme a la idea de que esto esté sucediendo y la verdad es que he de confesar que tengo miedo. 

Y ya no porque Trump vaya a ser Presidente sino porque eso significa que cientos de miles de personas piensan como lo hace él. Y eso es lo que me da pavor; ser consciente, hoy más que nunca, de la reivindicación y defensa del machismo, la homofobia, el racismo...

La verdad es que no tengo palabras, sólo lágrimas de desesperanza y frustración en las que se ahogan todas y cada una de mis ilusiones por hacer de éste un mundo mejor.   

Sólo sé que, de nuevo, esto no es lo que quiero para mí (y que tampoco traería un hij@ a un mundo intolerante y cruel). Sin embargo, cada vez me quedan menos fuerzas para luchar por mis ideales... Esos que llevan por bandera la IGUALDAD, el RESPETO, la LIBERTAD y la TOLERANCIA. 

Hoy, 9 de noviembre de 2016, confirmo que he dejado de creer en la sociedad y en el progreso hacia un futuro próspero y libre. 

A pesar de ello, lucharé por recuperar la esperanza que hoy se ha esfumado y lucharé, sobre todo, por no darme por vencida ya que muchas mujeres y hombres perdieron su vida en una lucha constante por esas banderas y ahora más que nunca deben ondear en lo más alto del asta. 


Hoy, la Estatua de la Libertad ha dejado de alzar el puño. 
Hoy, se está secando las lágrimas. 

miércoles, 12 de octubre de 2016

Entre la razón y la pared

Querer y no poder,
poner el corazón 
entre la razón y la pared

Querer ser algo 
que no se puede ser

Mirarte y 
desmentirme,
creer que, ahora, 
sí es posible

Cerrar los ojos,
imaginarte,
imaginarme
imaginarnos

Y aunque sea en sueños
cogerte de la mano,
susurrarte al oído
que desde que te conocí
la vida es mucho más
que un camino... 

Tengo que confesarte que
he dejado de creer 
en las casualidades

Que ya no creo
en trenes parados,
en últimas llamadas
para subir a bordo 

Después de todo
lo único 
de lo que estoy segura 
 es de 
nuestra fuerza 
y voluntad 
 para romper murallas
a pesar de la distancia 



jueves, 25 de agosto de 2016

Palabras

Quedarse sin palabras 
romper el hielo
desnudar el alma 

Querer decirlo todo
y no ser capaz
de decir nada

Sentir que todo
tiene sentido
pero que 
nada encaja

No saber qué está pasando 
con tus sentimientos
y con los días entender
que la espada
que lleva por nombre
 "confianza"
acaba de resquebrajar
por completo
la coraza. 

Recordar, 
entonces,
la cita de Cortázar
quien dice 
que "las palabras
nunca alcanzan
cuando lo que hay que decir
desborda el alma" 






jueves, 18 de agosto de 2016

Magia

En la oscuridad, 
En esa habitación
A la que se le ha fundido 
La bombilla
Ahí me encontraba,
Sentada entre 
La nada y el olvido

Nerviosa, 
Como quien sale 
Por primera vez al escenario
Como quien compite
Por un oro
Como el médico que tiene
Una vida en sus manos 

Desnuda,
Como la maja de Goya
Como el niño que acaba de llegar al mundo

Indefensa, 
Sin público 
Pero con tu mirada 
Como testigo 
De cada curva
En el camino 
De mi cuerpo 

Ardiendo,
Por el incendio
Que desatan 
Tus manos 
Con sólo
Rozarnos 

Gimiendo,
Por cada movimiento
Que arquea mi espalda 
Y me deja sin aliento

Exhausta, 
Tras descubrir 
Que la magia 
No tiene como 
Protagonista una varita,
Una chistera
Un conejo o
Unas cartas

Que la magia acontece 
Cuando dos personas
Se aman 










miércoles, 3 de agosto de 2016

Pestañeo

Quizá debí haber
abierto la puerta
hace tiempo 
y dejar en tus labios
nuestro último beso. 

Sé que he permitido 
que entrases
demasiado dentro
e incluso
que pusieses un candado 
en la entrada para impedir
que el viento 
se llevase cada uno
de nuestros momentos. 

Lo noto,
cargas cada mirada, 
cada pestañeo 
con ilusión 
y yo,
giro la cabeza
disimulando 
y desmintiendo
que las mariposas 
hace mucho que volaron 
en busca de otro 
estómago. 

Lo siento, 
el no sentir
y el saber que tú
sigues sintiendo

No sé si seré lo suficientemente
valiente 
como para decirte 
que ya 
no te quiero

Pero, 
lo presiento, 
presiento que a esto 
sólo le queda
otro pestañeo 

domingo, 24 de julio de 2016

Desesperanza

Desesperanza porque cada encuesta sociocultural del CIS nos posiciona en índices bochornosos; desesperanza porque la población no lee, no visita museos ni acude a salas de cine; desesperanza porque los programas más vistos día tras día, semana tras semana, mes tras mes y año tras año basan su contenido en la difamación, el insulto, la falta de respeto, la apariencia y la incultura: desesperanza porque el periodismo que debería informar de la forma más imparcial posible, ofrece una información completamente sesgada; desesperanza porque la crítica ha dejado de ser constructiva para ser cruel y destructiva; desesperanza porque los debates han dejado de ser debates para convertirse en batallas campales en las que la defensa de ideales, tan sólo, se lleva a cabo mediante el desprecio de la opinión del contrario, obviando esa palabra que parece estar desapareciendo del diccionario: argumentación. 

Desesperanza porque las redes sociales están devorando lo maravilloso de las relaciones en persona, convirtiendo nuestros sentimientos en emoticonos; desesperanza porque el motivo que mueve el consumo, mayoritariamente juvenil, reside en formar parte de un saco carente de personalidad, conocimientos y principios que lleva bordado en mayúsculas el término "apariencia"; desesperanza porque la felicidad y el ego de una persona se consiguen mostrando cada una de esas compras que le incluyen en ese saco para conseguir un mísero "me gusta"; desesperanza porque los referentes personales de jóvenes, y no tan jóvenes,  forman (habitualmente) parte de ese porcentaje que no ha leído un libro en el último año y trabajan en uno de esos programas de grandes audiencias; desesperanza porque el físico tiene toda la importancia y el intelecto queda en un segundo plano (porque claro, los abdominales son capaces de mantener interesantes conversaciones). 

Desesperanza porque han conseguido quitar la filosofía de bachillerato para dar prioridad a la religión; desesperanza porque esa asignatura que significa amor por la sabiduría nos hace conocer lo que hoy somos, lo que hoy tenemos y hacia donde nos dirigimos, convirtiéndonos en personas críticas capaces de tomar decisiones y obtener conclusiones propias, pero ahora han hecho que desaparezca; desesperanza porque lo están consiguiendo, quieren convertirnos en borregos cuya mayor preocupación sea la de ir al gimnasio, dejando los libros de lado y sí, lo están consiguiendo.

Desesperanza por las matanzas sin sentido; desesperanza por el ansia de poder mientras se olvida que a muchos les falta un alimento que llevarse a la boca cada día; desesperanza por cada asesinato de una mujer a manos de un varón; desesperanza por cada ITV con la mirada de un hombre por la calle; desesperanza por cada, lo que ellos consideran, piropo; desesperanza, en definitiva, por cada acto o palabra machista; desesperanza por cada animal maltratado, asesinado, abandonado; desesperanza por cada acto de violencia que podría haberse solucionado con la palabra; desesperanza por el odio en todas sus facetas, desde la xenofobia hasta la homofobia pasando por cada una de sus variantes...

Desesperanza... Desesperanza por el mundo en el que vivo. 



domingo, 26 de junio de 2016

Distancia

Dice la RAE que la distancia es el espacio o intervalo de lugar o de tiempo que media entre dos cosas o sucesos... Los académicos que dotaron de definición a este vocablo no saben lo que se siente cuando hay una pantalla de por medio, cuando las risas dejan de escucharse y comienzan a leerse, cuando las lágrimas se convierten en emoticonos, cuando las cosas importantes se ponen en mayúsculas y las indirectas en cursiva, cuando cada uno de los 258 kilómetros que te separan de esa persona esconde una vivencia... Pero, sobre todo, no saben lo que se siente cuando se tiene un abrazo pendiente

martes, 14 de junio de 2016

Lo que Alonso y yo vivimos

Caía la lluvia estrepitosamente mientras pasaba las casi mil trescientas hojas de aquel volumen y recordaba lo que nos llevó a conocernos...

Mis padres habían decidido ceder un hueco de nuestra pequeña biblioteca a una edición de tapa dura publicada por la Real Academia Española que conmemoraba el IV centenario de la obra. Siempre que entraba a aquel acogedor lugar a envolverme con el aroma a libro para terminar decantándome por uno de ellos, miraba de soslayo aquel ejemplar en cuyo lomo negro destacaban unas letras mayúsculas y blancas con el título de la novela, “Don Quijote de la Mancha”.

Estaba en mi lista de lecturas pendientes pero no ocupaba los primeros puestos; esperaba el momento adecuado, ese en el que el libro te elige a ti. Pero éste no llegó como yo lo había previsto, ni el libro me eligió a mí, ni yo elegí al libro. La profesora de literatura nos concertó una cita para la que yo no tenía atuendo que vestir ni palabras que decir.

Respiré hondo antes de atravesar la puerta que me conducía hasta aquel rincón en el que había sido cientos de personas distintas, el único lugar en el que podía viajar sin moverme del diván... Sabía dónde estaba, le había evitado durante mucho tiempo mientras salía de la biblioteca con Woolf, Baudelaire, Saramago, Ruíz Zafón o Valle-Inclán entre las manos.

No tendría que buscarlo.

Lo cogí delicadamente, como hago siempre, evitando que se produjese un efecto dominó con los que reposaban en ese mismo estante. Me senté, lo dejé sobre mis piernas, clavé la mirada en aquel título que todo el mundo conocía y me pregunté cómo sonaría en coreano o en cualquiera de las más de ciento cuarentas lenguas a las que se había traducido.

La cuestión se esfumó en cuanto abrí el ejemplar y descubrí que de aquellas casi mil trescientas páginas tan sólo doscientas eran de presentación y aclaraciones, me invadió un sentimiento que jamás había explorado al iniciar una lectura y es que me vi incapaz de terminar un libro por primera vez en mi vida, además, pesaba demasiado.

Creía que sería misión imposible acabarlo si tenía que analizar cada uno de los casi ciento treinta capítulos mientras me esforzaba en sacar el curso. Pero no quise buscarle más desventajas, consideraba inadecuado comenzar una de las consideradas grandes obras de la literatura de todos los tiempos  con poco cariño.

Intenté empatizar con el protagonista pero Alonso Quijano y yo nunca fuimos compatibles. No hablábamos el mismo idioma, literalmente; el castellano antiguo requería tanta concentración por mi parte que minutos después de leer, mantener una conversación conmigo resultaba muy complicado pues la conjugación verbal que realizaba era propia de vivir en un lugar de la Mancha que hoy en día sigo sin conocer.

Me emocionaba la idea de llegar al capítulo de los gigantes, ese que había escuchado desde que era una niña e incluso había visto en dibujos animados pero fue una gran desilusión que se tratase de unos de los más breves. Sinceramente, se convirtió en una pesadilla sentarse cada tarde a intentar descifrar aquel argumento disparatado con cientos de personajes y decenas de historias paralelas.

Meses después conseguí acabarlo y la verdad es que no sé cómo. Podría decir que fue por la presión de aprobar los exámenes (que también), pero fue sobre todo por orgullo y por ser fiel a mi principio de: “libro empezado, libro terminado”

Hoy, después de un año, con el libro de nuevo entre las manos puedo hablar de lo que Alonso y yo vivimos y lo más importante, qué he aprendido...

Con Alonso he aprendido que mi vida sería monótona sin locura, que tengo que atreverme y lanzarme a la piscina aunque no sepa si está llena, que no importa si nadie me apoya y cree en mis convicciones porque el mundo lo cambiaron aquellos a los que al principio llamaban locos, que es mejor morir habiéndolo intentado que frustrada pensando en si lo habría conseguido, que la vida no está hecha para que pasee por ella sino para luchar contra gigantes... Con Alonso he aprendido que quizá los locos son aquellos que no conocen la locura, porque si supiesen lo que es no lo llamarían locura, lo llamarían vivir.


domingo, 12 de junio de 2016

Odiar por amar

Después de la masacre en un pub gay de Orlando, me vuelvo a preguntar una vez más si realmente es tan importante la condición sexual, si realmente es motivo de odio algo que concierne a la intimidad de DOS personas, si realmente la gente se cree que tiene derecho a criticar y juzgar la vida privada de cualquier ser humano, si realmente causa problemas y enfermedades ver a dos sujetos del mismo sexo de la mano, si realmente con quien se acueste alguien determina lo buena persona que es o lo bien que desempeña su trabajo, si realmente merece un integrante del colectivo LGBT discriminación por amar, si realmente merecen ser agredidos o asesinados por entrelazar los dedos con las personas con las que comparten sus vidas o por mostrar afecto, como lo hace una pareja hetero, en público...

Si tienes la respuesta a todas mis preguntas estaría encantada de escucharte, porque mi capacidad racional no me permite comprender que lleva a una persona a odiar por amar...

jueves, 2 de junio de 2016

Bombillas apagadas, interruptores rotos

Hoy me he levantado y el interruptor no funcionaba, la luz no se encendía. El cielo oscuro presagiaba una fuerte tormenta.

Me he mirado al espejo y me he visto vacía, sin ilusión y sin esperanza, con los esquemas rotos, sin pegamento para más parches ni cinta aislante con la que envolverme. 

Le he echado la culpa de mi debilidad y hastío a este tiempo intermitente que unos días decide sonreír y otros nublarse. 

Pero lo cierto es que el tiempo no tiene la culpa.

He mirado hacia dentro porque me olvidé de hacerlo mientras observaba y analizaba el exterior, entonces me he descubierto exhausta. Sí, exhausta porque la lágrima que mantiene húmedo mi ojo se ha secado de tanta exposición a un mundo externo, olvidando que lo verdaderamente importante estaba dentro. 

Exhausta de cargar con mochilas que no me corresponden y pesan demasiado; exhausta de estar siempre. 

He recordado una cita de un libro de Elvira Sastre que dotaba de sentido mi situación: "La soledad es mirar a unos ojos que no te miran". Mirar y que no te miren, estar acompañada pero estar sola. 

He vuelto a mirarme en ese mismo espejo en el que hace unas horas sólo se reflejaba una silueta consumida y entonces, en el lado superior izquierdo del pecho de esa figura, he visto una pequeña luz que intentaba encenderse e irradiaba pequeños destellos consiguiendo generar un débil halo alrededor de mi cuerpo. En ese preciso instante he sabido que acababa de aprender algo nuevo...

Supongo que soy como una bombilla a la que se le ha roto el interruptor, supongo que soy como el tiempo... 

Supongo que sólo necesito que el sol se ponga para arreglar este desperfecto. 








domingo, 29 de mayo de 2016

¿Fútbol = Ignorancia?

Tras todo lo acontecido ayer en el ámbito futbolístico y los comentarios que tuve que leer, hoy me gustaría exponer de forma argumentada algunas ideas.

Me gusta el fútbol y, por tanto, disfruto viéndolo así como el resto de deportes. Esta afirmación no significa que comparta muchas otras premisas que acompañan a este deporte y que aquellos que no compartís esta afición utilizáis para atacar. 

Con todo ello quiero decir lo siguiente:

1. No estoy de acuerdo con la industria que se encuentra más allá del balón y el terreno de juego. 

2. Me abruma e indigna las desorbitadas cantidades de dinero que cobra un futbolista por practicar deporte.

3. No comparto que este deporte ocupe todas las portadas y noticias desmereciendo al resto. 

4. Me irrita y me cabrea que salga más gente a la calle porque su equipo ha ganado una competición que por luchar por sus derechos. 

Disfruto de este deporte y defiendo unos colores como lo hace el aficionado a cualquier disciplina o el que quiere que su cantante favorita se lleve el premio al que está nominada. No alimento esta industria con la compra anual de camisetas o cualquier merchandising y no he pagado nunca una entrada para acudir al campo. Respecto a este último aspecto, me gustaría realizar un inciso y aclarar que no llevar a cabo estas acciones no hace menos aficionada, pues muchos hinchas utilizan este argumento para desmerecer. Por el contrario, sí he pagado para ver fútbol femenino.

Alzo la voz a favor del deporte femenino, sea cual sea la disciplina. Lucho por la igualdad de salario, de condiciones laborales y de repercusión de estas mujeres que se dejan la piel como lo hace un hombre. Reivindico la  visibilidad de deportes a los que ningún periódico ni periodista presta atención. Si tengo que salir a la calle a luchar por mis derechos, salgo; sin embargo, las victorias de mi equipo las celebro en casa con mi familia. 

Me reitero, soy aficionada  de un equipo y defiendo sus colores pero eso no implica ni el insulto al rival ni los cánticos ofensivos por mi parte. Me enseñaron a saber perder pero también a ganar.

Disfrutar de un deporte no me hace ignorante, no condiciona mi ideología política ni mis ideas, no me hace borrega de esta sociedad patriarcal. 

Aprendamos a discernir, a respetar y a criticar conociendo. 



lunes, 23 de mayo de 2016

Miradas al pasado, marcas del presente

 Mirar atrás 
para ver lo imprudentes que fuimos 
y las locuras que cometimos.
Las decisiones equívocas 
que nos hicieron caer en el abismo. 

Las acertadas,
                       las que prolongaron
                                  cada peldaño 
                                               de la escalera. 

De la escalera por la que ascendemos
por la que crecemos
e incluso 
por la que caemos. 

Levantarse,
caerse,
levantarse,
caerse
y que el peldaño 
deje sobre nuestro cuerpo 
esa herida
que indica que caímos. 

Pero que sane
sobre todo que sane 
y entonces quede 
la marca de guerra
porque sólo así,
al mirar al pasado, sabremos
que conseguimos levantarnos


miércoles, 18 de mayo de 2016

Pétalos y espinas

Se levantó como cada mañana dispuesta a emprender aquella jornada, pero era uno de esos días en los que las piezas no encajan desde que se pone un pie en el suelo. 

Salió de casa pensando en las horas de estudio que le esperaban y abstraída en sus pensamientos cogió el autobús en dirección errónea. 

Tuvo que correr.

Todo le hacía presagiar que una mala noticia acontecería en breve y aunque intentaba hacerse a la idea de que en cualquier momento su rutina daría un vuelco, jamás lo imaginó de esa forma. 

Se había terminado.

Le había puesto fin de la forma más insensible y cruel, un simple mensaje había acabado con todo un año. La montaña rusa de su relación había colgado el cartel de cerrado por avería.

Aquella mañana no sabía lo que el día iba a depararla y tampoco sabía que en la vida todo pasa por un motivo. 

Porque a veces perder autobuses y correr detrás de ellos sólo es sinónimo de dolor mientras que subirse a uno desconocido puede hacer que todo recobre sentido. 

Pero, sobre todo, no sabía que la vida siempre se guarda un as bajo la manga y que en el largo camino de piedras, de vez en cuando aparece una rosa que a pesar de tener espinas y correr el riesgo de poder pincharse, merece la pena admirar. 


sábado, 7 de mayo de 2016

Carreteras sin cruzar

Imaginamos y soñamos 
como lo hace un niño
el día de los Reyes Magos

Soñamos con ser, hacer,
encontrar, incluso con
complacer

Pero nos diferenciamos
en algo con esos niños.
Ellos cruzan la carretera
sin importar si un coche
está a punto de pasar.

Mientras, nosotros miramos 
mil veces a un lado y
otro de la calle para al
final no cruzarla y tomar 
una vía distinta que 
creemos desemboca
en la misma salida. 

Pero lo único certero 
es que nos ralentiza   

Nos invade el miedo, 
la inseguridad, 
la falta de confianza
y el qué dirán 

Creemos que es determinante 
la aprobación de los demás
y nos privamos de
cumplir esos
sueños que de niños
habríamos perseguido 
sin importar nada más. 

jueves, 28 de abril de 2016

Piezas

Quizá la vida es un puzzle
al que le falta una pieza
y ésta es la que hace que 
nos rompamos la cabeza...

Creemos que está escondida
y mientras la buscamos 
dejamos pasar los días

Pero no comprendemos que no está oculta 
sino que es inexistente, 
que carecemos de ella. 

Que no se puede buscar lo que no existe
y tampoco intentar encajar otras
que no
EN-CA-JAN

Porque quizá la felicidad
consiste en asumir que
todo es perfecto cuando 
nada encaja 


domingo, 24 de abril de 2016

Una entrada distinta, una entrada especial

Hoy os traigo una entrada muy distinta, hoy no vengo a relatar. 

Vengo a contar que uno de mis poemas ha sido publicado y que, por tanto, uno de mis sueños se ha hecho realidad. "Te marchaste...Dejando huella" ha sido seleccionado para formar parte del Proyecto de Colaboración "Leer es un derecho". 

Tan sólo puedo dar las gracias por esta oportunidad y a todos vosotros que dedicáis un minuto a leerme. 

Os adjunto el link de este libro lleno de poesía, lleno de magia...



Mil gracias. 

sábado, 23 de abril de 2016

Realidad y sueño

Hoy me he sentado delante de ti para descubrir todo lo que acontece cuando me escondo detrás de ti...

Y es que a tu lado viajo, soy miles de personas distintas en un solo cuerpo, vivo distopías, utopías y realidades. Cada una de tus palabras es tan bella como una rosa que clava sus espinas en mis entrañas.

A veces te odio, otras te adoro y otras ni siquiera sé identificar lo que me haces sentir, pero puedo asegurarte que siempre eres memorable.

Eres el motivo por el que no me siento sola, por el que comencé a escribir y por el que hoy en día sigo haciéndolo (o al menos intentándolo), eres culpable de que sueñe y crea posibles mis sueños. Eres mi fuente de aprendizaje y, muchas veces, de inspiración. 

Mientras te miro con cariño y respeto, pienso en la belleza de tu portada pero sobre todo en lo que me fascina cada capítulo vivido. Es por eso que me cuesta tanto verte en unas manos que no son las mías, porque escondes lo que sentí y el roce de otros dedos hace que el cierre del baúl deje de tener mis iniciales. 

Sé que eres real porque puedo verte cada mañana, cada tarde y cada noche soportando a García Márquez, a Woolf, a Valle-Inclán, a Saramago, a Pérez Gellida o a muchos otros en tu lomo, pero también eres un sueño porque imagino mi nombre en tu portada, querido libro. 

FELIZ DÍA DEL LIBRO 




jueves, 21 de abril de 2016

Hoy no es un día cualquiera

Era divertido mirar la vida con 50 cm de estatura y una piruleta en la mano...

Recuerdo, aunque parezca mentira, el primer día de clase cuando todo era desconocido y me aferraba a la mano de mi madre como lo hace un náufrago a su barca. Muchas cosas han cambiado desde aquel día menos una, sigo siendo esa niña rubia que se aferra a la mano de su madre cuando tiene miedo. 

Hoy he parado el tiempo un instante, antes de soplar las velas, para mirar atrás y he sido consciente de todas las curvas que he girado en la montaña de la vida, de todas las personas que se quedaron por el camino cuando habían prometido acompañarme hasta la cima, de aquellas que hoy están a mi lado y de las que injustamente se marcharon sin poder decir adiós. Me he cerciorado de que hoy soy quien soy por las zancadillas (y autozancadillas)  y, sin ninguna duda, por los palmadas en la espalda, los empujones para sacarme del abismo, las palabras de aliento y las lecciones aprendidas que poco tenían que ver con las escritas en libros... Creía haber recorrido mucho hasta que he dejado de mirar abajo y he comenzado a mirar arriba sin identificar dónde se encontraba la cima. 

He soplado fuerte para liberarme, coger aire y dar rienda suelta a una nueva etapa.