Querido por muchos y odiado por otros tantos...
Ahora que tengo un minuto para pensarte, ahora que te marchas, quiero decirte que me quedo con esos pequeños detalles que te han hecho irrepetible, inigualable; y que, sin ninguna duda, recordaré cada momento bueno que me hizo sonreír y aquello que aprendí de los no tan buenos.
Gracias por todo y a pesar de todo, 2016.