Tu reflejo desnudo,
como tu cuerpo,
en la pared de la habitación
que queda iluminada
por la luna y tus pupilas
El silencio que silencia
tu respiración
y el agitado palpitar de esa bomba
que algunos locos llaman corazón
La llama del mechero que enciende
(no menos que tu piel)
la vela de vainilla
que tiene el privilegio
de contemplar la obra de arte
que delimita cada curva de tu cuerpo
y el sublime espectáculo
de cada uno de tus movimientos
El verso que compones
con cada mirada
La estrofa que acompaña
cada susurro
El poema que escribe
tu espalda arqueada
La génesis de una metafísica
que no recoge ningún libro de filosofía
La poesía, de tu cuerpo sobre el mío,
que nunca
podrá ser escrita
Feliz día de la poesía
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