viernes, 5 de febrero de 2016

Te marchaste... Dejando huella

Fuiste mi pasaje favorito,
mi personaje preferido

Encajabas en mi tiempo,
en mi espacio

No era el sonido de tus cuerdas vocales,
eran tus miradas 
fijas o perdidas 
las que decían más
que el movimiento de tus labios 

Eras capaz de calmar mis tempestades 
y la verdad, es que no sé
cómo aguantabas todas y 
cada una de mis imperfecciones 

Pensaba que eras el paraíso, 
el cielo estrellado que las farolas esconden 
que eras para siempre, 
como un poema de Bécquer 

Todavía hoy me pregunto 
por qué llegué a leer la última página
de la novela en la que eras protagonista...

Y aunque he intentado evitarlo, 
ocupas un preciado lugar
en esta estantería que llamo
vida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario